¿Somos los españoles un ejemplo de solidaridad?
Sí. La respuesta es sencilla y rotunda. Los españoles somos un ejemplo de solidaridad.
En este país es deporte nacional sacar a la luz nuestros mayores vicios (ya sabéis, la clásica expresión de “esto solo pasa en España…”). Eso tiene una parte muy positiva, que es el nivel de exigencia y autocrítica que nosotros mismos nos marcamos. Pero no debemos caer en el pesimismo.
España puede resultar un desastre en muchos aspectos, pero no en los temas relacionados con la solidaridad.
Un ejemplo: somos el país más solidario del mundo en trasplantes y donaciones de órganos. En 2014 alcanzamos un nuevo récord, con 4.360 pacientes trasplantados y una tasa de 36 donantes por millón de personas.
Otro claro ejemplo de solidaridad es la recogida de alimentos. España muestra su solidaridad cada vez que tiene ocasión. La crisis no solo no ha hecho que los españoles donen menos (cubriéndose sus espaldas), sino que se han incrementado en gran medida los kilos de comida recogidos en cada campaña realizada por el Banco de Alimentos.
En 2013, en plena crisis económica y con unas históricas cifras de paro en nuestro país, Cruz Roja sumó 40.000 nuevos socios y aumentó en un 20% el número de voluntarios dispuestos a colaborar con ésta y otras organizaciones. Y es que, cuanto peor estamos, sacamos lo mejor de nosotros mismos.
Y no solo somos solidarios de puertas para dentro. Nuestro país ha arrimado el hombro en muchas de las grandes catástrofes internacionales de los últimos años.
En total, en España hay más de cinco millones de personas voluntarias que reparten comida, productos de higiene, material escolar, que participan en planes de fomento de empleo, que atienden a familias en riesgo de exclusión social (con especial atención a la infancia), que ayudan a los alumnos con clases de apoyo escolar, que colaboran con asociaciones de personas con discapacidad, etc.
Acaya es un ejemplo más, con programas de ocio inclusivo, centrados en la integración de personas con discapacidad, como Salta Conmigo y Club Páramo.
Por lo tanto, debemos levantar la cabeza y estar orgullosos de lo solidarios que podemos llegar a ser. Y, por supuesto, serlo cada día un poco más.
Foto: diariodenavarra.es