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inclusión social personas con discapacidad
2 Dic 2020

Día de las Personas con Discapacidad: por la inclusión social real

La inclusión social se define según la UE como un “proceso que asegura que aquellas personas que están en riesgo de exclusión social, tengan las oportunidades y recursos necesarios para participar completamente en la vida económica, social y cultural disfrutando un nivel de vida y bienestar que se considere normal en la sociedad en la que ellos viven”.

Esto se puede resumir en lograr que todos tengan una vida feliz y realizada y que se lleve a cabo siguiendo una razón de igualdad con los demás. Esto es algo que, a simple vista, puede parecer una obviedad. Sin embargo, las fronteras que forman la exclusión en personas con discapacidad intelectual son muy diversas y están mucho más presentes de lo que pueda llegar a parecer. Desde el rechazo a la diversidad por parte de otras personas, hasta la dificultad de adaptación en cuanto a la realización de diferentes tareas.

Aunque, por otro lado, también es algo que se puede llegar a eliminar si la sociedad lo permite y está dispuesta a ello. Se trata de incluir a las personas con ciertas discapacidades y animarles a que desarrollen roles similares a los de los compañeros. Sin embargo, no se basa solo en animar, sino en facilitar todos esos recursos que ellos no pueden obtener por sí mismos para alcanzar lo que otras personas en condiciones normales sí podrían. Y, para ello, es necesario garantizar que haya una serie de políticas y prácticas adecuadas vigentes en una comunidad.

En este sentido, el compromiso y el respeto individuales por las distintas capacidades son los elementos clave que serán capaces de promover esta integración. Y esta es la única vía posible para conseguir entre todos una sociedad más plural, equitativa y justa. Una sociedad desarrollada, en la que cada persona cuente como parte fundamental de un engranaje, y cuyo talento aporte valor y progreso al conjunto.

Nadie se queda atrás

Roles socialmente previstos en nuestra sociedad como ser estudiante, trabajador, amigo o padre puede parecer algo sin importancia, pero pueden llegar a convertirse en un verdadero suplicio para estas personas que cuentan con condiciones especiales y menos recursos para llevar a cabo estas tareas. Esto se debe a todo lo que implica tener que llevar a cabo esos roles, como participar en actividades sociales, utilizar recursos públicos como transporte y bibliotecas, desplazarse, entre otras muchas cosas. Y, por desgracia, estas limitaciones se acaban reflejando en menos oportunidades laborales, peor acceso a la educación y tasas de pobreza más altas.

Por lo tanto, es importante que las palabras compromiso y responsabilidad social sean una de las máximas que muevan a la sociedad cuando se trate de ayudar a personas con discapacidad. Ya que sin estas condiciones fundamentales, este colectivo no podrá disfrutar del resto de sus derechos y alcanzar una vida plena y feliz como haría cualquier otra persona. Es importante pensar en que la sociedad es un mecanismo que funciona bien cuando todas sus piezas encajan y se amoldan a la perfección. Por ello, esta falta de inclusión pasa a ser problema de todos y no solo de este colectivo con mayores obstáculos para adaptarse. En otras palabras, una sociedad progresa cuando no deja a nadie por el camino.