Día Internacional de las Personas con Discapacidad: ¡Por una sociedad inclusiva!
La diversidad funcional implica una condición que afecta el nivel de vida de una persona o de un grupo. El término se usa para referirise a diferentes capacidades físicas o mentales, así como a alteraciones en la discapacidad sensorial, cognitiva o intelectual, la enfermedad mental o varios tipos de enfermedades crónicas.
Las personas con diversidad funcional tienen que superar muchos obstáculos diariamente
Las personas con diversidad funcional, la «minoría más amplia del mundo» como dice Naciones Unidas, suelen tener menos oportunidades económicas, peor acceso a la educación y tasas de pobreza más altas. Esto se debe principalmente a la falta de servicios que les faciliten la vida cotidiana, como puede ser el acceso al transporte, a determinados lugares o incluso a la información. Además, en muchas ocasiones tienen menos recursos para defender sus derechos. Unos obstáculos cotidianos a los que se suman la discriminación social y, en muchas ocasiones, a la falta de legislación adecuada para protegerles.
Además, las personas con diversidad funcional son más a menudo víctimas de la violencia: los niños tienen cuatro veces más posibilidades de ser víctimas de actos violentos, la misma proporción que los adultos con problemas mentales. Como establece Naciones Unidas, la ignorancia es en gran parte responsable de la estigmatización y la discriminación que padecen las personas con diversidad funcional.
¿Qué queda por hacer?
Acaya lleva ejecutando más de diez años proyectos específicos destinados a personas con diversidad funcional, tanto menores como adultos. Son proyectos que buscan fomentar un ocio saludable y no consumista así como la normalización de las actividades. Se trata de generar actividades donde prime el desarrollo de la autonomía personal de cada usuario, las habilidades sociales y la relación positiva con el entorno. En cada programa se hace un seguimiento y valoración individual de cada participante.